Por Julián Barsky
Un poco de historia
El 27 de agosto de 1920 fue inaugurada en forma oficial la radiofonía en la República Argentina. Gracias al esfuerzo del doctor Enrique Telémaco Susini y sus ayudantes, Buenos Aires escuchó por primera vez una transmisión radial. El lugar elegido para realizar dicha experiencia fue el Teatro Coliseo, donde se presentaba la ópera “Parsifal” de Richard Wagner, interpretada por la orquesta sinfónica del teatro Constanzi de Roma y la compañía lírica del Teatro Municipal de Río de Janeiro. Con dicho evento, quedó inaugurada la primera emisora, Radio Argentina, que sería pionera en Sudamérica y el mundo.
En los dos años siguientes aparecieron bocinas y amplificadores que multiplicaron las posibilidades de crecimiento de la audiencia, y hacia fin de 1922 surgen -empujadas por las firmas del mercado radioeléctrico que veían a la radio como un medio para acrecentar sus ventas- las competidoras de Radio Argentina: Sud América, Cultura y Brusa.
Las flamantes emisoras comenzaron a pensar en la producción de programas específicos. Surgen entonces los números preparados en exclusividad para ser interpretados desde los estudios de la radio (las llamadas audiciones). Ya comenzaban a perfilarse dos formas distintas de entender el nuevo medio de comunicación: por un lado, la forma liderada por Radio Argentina y sus fundadores, pensada expresamente como medio de comunicación y difusión cultural; por el otro, orientada más hacia lo comercial.
En este contexto, la pelea de box del 14 de septiembre de 1923 entre el argentino Luis Ángel Firpo y el campeón del mundo el norteamericano Jack Dempsey, definió mucho más que un título. El combate, llevado a cabo en la tierra natal del campeón, se retransmitía a la Argentina con unos minutos de demora.
La pelea, polémica y breve, fue estirada varias horas por los locutores encargados de cubrirla, teniendo tan buena repercusión que también la filmación hecha sobre el combate sería exhibida en los cines durante años. Pero lo más importante es que dicha transmisión trajo consigo el boom de la venta de receptores a galena y la multiplicación de oyentes, y el consiguiente interés de muchos comerciantes y empresearios en el pujante medio.
Hacia 1924 el repertorio de música popular y autóctona acapara el interés de las emisoras. Comienzan a ganar espacio en el aire las orquestas de tango y baile, los dúos criollos y solistas, así como toda una serie de personajes ligados al amplio mundo de la música criolla. Dentro de esta “avalancha” de artistas que ingresan en la radio, también aparecieron intérpretes de bajo nivel musical, pero que lograban conseguir auspiciantes, y en poco tiempo la radio dará un giro decisivo en su configuración, imponiéndose en forma definitiva la visión más comercial.
El debut de Gardel-Razzano
El 30 de septiembre de 1924 apareció un pequeño anuncio en el diario La Nación , el cual indicaba el inicio de la carrera radiofónica del dúo criollo Gardel-Razzano: “Hoy martes, a las 22 horas, por Radio Grand Splendid, en la onda de 325 metros , audición a cargo del dúo nacional Gardel-Razzano, que por primera vez cantará por radiotelefonía, desarrollando un extenso programa con sus más aplaudidos números”.
Radio Grand Splendid Theatre había sido creada pocos meses antes por Benjamín Gache y el ingeniero Antonio Devoto, y por entonces se hallaba en la búsqueda de promotores para interesar al público en la flamante emisora.
La presentación se llevó a cabo con éxito. Cuatro días después, Gardel volvió a los estudios de la emisora, esta vez sin la participación de Razzano (quien por entonces comenzaba a tener algunos problemas en la voz, situación que le llevarían al alejamiento del canto poco tiempo después). Le acompañó en dicha oportunidad la orquesta de Francisco Canaro, con la cual interpretaría “Como agoniza la flor” y “La garçoniere”, entre otras canciones (luego también registradas en disco). Si bien la calidad interpretativa de la orquesta de Canaro no resultaba muy distinta de la que alcanzaban los guitarristas de Gardel –llevar el ritmo, algunos tímidos punteos, refuerzo de la melodía principal–, dichas audiciones representaron para el cantor una interesante aproximación a un mundo musical más amplio, una suerte de ensayo con vistas al futuro.
Gardel: solista en la radio
No obstante este promisorio debut, deberán pasar algunos años antes de que el verdadero lanzamiento solista se suscite, porque las emisoras aún se hallaban en una etapa de maduración del armado de la programación, la selección de artistas, los horarios en que saldrían al aire, etc.
Hacia 1928, las radios argentinas se habían multiplicado y estabilizado. Estaban controladas casi en su totalidad por cuatro grupos financieros: Gache y Devoto habían sumado a Radio Splendid el manejo de Radio Mayo y Radio Rivadavia; Teodoro Prieto hacía otro tanto con Radio Prieto, Radio Argentina y Radio Fénix, Jaime Yankelevich dirigía Radio Nacional, Bernotti, La Nación , y Cultura y Porteña, y la Sociedad Anónima Radio Buenos Aires tenía bajo control a La Razón y Brusa.
Para Carlos Gardel llegará, por fin, el momento del debut solista. Dicho acontecimiento se producirá en Radio Brusa, seguido poco después por las presentaciones en la estación Prieto, todo esto ocurrido en el invierno de 1928. Razzano, por entonces, ya se había retirado del canto, pero continuaba ligado al cantor a modo de representante artístico. Serían las primeras presentaciones del cantor frente al micrófono. Los años siguientes le encontrarán como uno de los artistas más demandados por el mundo de la radiofonía.
Bibliografía:
Gallo, Ricardo (1991), La Radio , ese mundo tan sonoro, Corregidor, Buenos Aires.
García Jiménez, Francisco (1951), Vida de Carlos Gardel. Contada por José Razzano, Crismar, Buenos Aires.
Ulanovsky, Carlos y cols. (1995), Días de radio. Historia de la radio argentina, Espasa Calpe, Buenos Aires, 1995.
Saludos a los amigos del blog!
ResponderEliminarJulián:
una interesante semblanza que soslaya y sintetiza varios puntos importantes a tener en cuenta, ya que el paso de Gardel por la radio ha sido tradicionalmente muy poco estudiado por los investigadores. Sin embargo, su experiencia –en calidad de espectador y/o protagonista– con la radio, tanto como con el cine, han influído de manera decisiva en su evolución artística, ya que, como bien dices en otro de tus artículos, Gardel era un artista que estaba adelantado 10 años a su época. Comprendió de inmediato la suma importancia futura que tendrían los mass media. De hecho, puede decirse que a partir de este razanomiento comenzó a componer canciones en función de un público radial, primero, y luego de uno cinematográfico, ya a nivel internacional. Creo que Gardel tenía un conocimiento teórico (semiótico, si se quiere) bastante amplio, al menos mucho más del que se piensa, mucho más allá de una aguda intuición. En esto sin duda debe haber influido Razzano, que, opacado siempre por el talento de su compañero, fue un empresario con gran visión y un músico muy creativo. Carlitos además siempre se rodeó de gente que conocía bien el medio, gente muy talentosa (José Bohr, Jaime Yankelevich, Pablo Osvaldo Valle, José Barros Montero, Francisco Canaro, Francisco Lomuto, Emilio Iribarne, Mario N. Valdez.. etc.). Hay que seguir incidiendo en estos muchos aspectos del Gardel Hertziano.
Una abrazo!
Marcelo O. Martínez